RÉGIMEN ACADÉMICO: DESAFÍOS JURISDICCIONALES.

En los artículos recientes del blog, hemos abordado los regímenes académicos en el sistema educativo de Argentina. Las normativas están cambiando para elevar la calidad del aprendizaje en la educación secundaria. Existe una generación de argentinos que aspira a completar su educación media con inclusión y calidad.

Entre los mayores desafíos que enfrentan las provincias debido a los cambios en el régimen académico se encuentra la transformación de los modelos de asistencia y la modalidad de cursada simultánea de estudiantes organizados por cohortes anuales.

Es claro que para iniciar un cambio en un régimen académico se deben tener en cuenta los problemas que más impactan en las trayectorias educativas. El abandono escolar o las faltas reiteradas en la educación secundaria son de las más significativas. Si bien, muchos RA de secundaria ya contemplan estrategias y herramientas para mitigar esta situación, el embarazo adolescente, la maternidad o paternidad temprana, el trabajo temporal, las responsabilidades domésticas y la migración siguen siendo las razones por las cuales muchos estudiantes secundarios abandonan sus estudios o posponen su egreso para retomarlos años más tarde.

La asistencia, la acreditación y la promoción son mecanismos que regulan el progreso académico de los estudiantes. Un componente va de la mano de otro. La acreditación depende de la asistencia a un porcentaje específico de clases (suele rondar entre el 70%) y la verificación del aprendizaje alcanzado por los estudiantes. Por lo tanto, la asistencia, aunque ya no es un factor "eliminatorio", sigue siendo un factor condicionante en el modelo de enseñanza presencial. Yo no descartaría en los próximos años se introduzcan en los RA del nivel secundario elementos de la llamada de "presencialidad asistida": la educación en línea, tutorías y otras estrategias, si se pretende avanzar en el conocimiento pedagógico y organizacional. Como suele afirmar Guillermina Tiramonti: "hay que hacer una educación atractiva para los chicos. No compasiva".

¿Qué tipo de régimen académico pretendemos tener al finalizar el primer cuarto del siglo XXI? ¿Se optará por un régimen flexible como ya estamos viendo en algunas provincias o reformularan de raíz el sistema en forma integral como están trabajando otras? He aquí la cuestión. 

Al tema de la asistencia y la acreditación mencionados, un desafío de los RA será vincular el logro de los aprendizajes con la evaluación, la calificación y la promoción. La implementación dependerá de las definiciones de los diseños curriculares provinciales y de los acuerdos institucionales de evaluación. Si decidimos reformar completamente la educación secundaria, debemos comenzar con una transformación en la manera de enseñar y aprender que sea congruente con el siglo XXI.  Los RA del próximos cuarto de siglo deberán incorporar en sus regulaciones un menú de opciones que contemplen la posibilidad de realizar diferentes trayectos escolares con una promoción por ciclo y con certificaciones de acreditación parciales e instrumentos de información digitales para que el estudiante secundario y su familia conozcan los resultados parciales y finales de su desempeño escolar. Es claro que los jóvenes de hoy no son como los de hace cincuenta años: se desenvuelven en una cultura distinta, con formas diferentes de comunicación, y una nueva relación con la información y el conocimiento. Pues entonces, habrá que crear regímenes que permitan a un estudiante y a su familia elegir el trayecto escolar que mejor se adapte a sus oportunidades. Solo de esta manera pondríamos fin a la uniformidad que ha caracterizado a la educación secundaria y que ha dado resultados tan limitados.

La evaluación siempre ha sido y seguirá siendo un aspecto crucial en la educación. Actualmente, y en particular en la educación secundaria, la acreditación suele disociar las funciones pedagógicas de las administrativas en el proceso evaluativo. Al concluir un ciclo escolar, surge la prisa por cumplir con requisitos administrativos (completar planillas de notas, boletines, informes de desempeño, otros), lo que a menudo eclipsa la relevancia del proceso pedagógico que lleva a esos resultados. Este es un tema que abordaremos en futuras entradas del blog, pero que considero debe discutirse en cada institución educativa, equipo directivo, y en cada ministerio o consejo educativo. Un Régimen Académico (RA) será efectivo en tanto reconozcamos el valor pedagógico de la evaluación, cómo la entendemos y cómo la implementamos. 

Si se busca mejorar el rendimiento académico de los estudiantes de secundaria, las jurisdicciones también tendrán que modificar las condiciones laborales y establecer nuevas funciones para los docentes. Será necesario formar y capacitar a los profesores para que diseñen y apliquen estrategias didácticas adecuadas a los nuevos entornos de enseñanza y aprendizaje, como tareas de apoyo educativo, tutorías, desarrollo de materiales didácticos, coordinación y seguimiento de los itinerarios educativos, entre otras actividades. Un docente de nivel secundario deberá estar formado y capacitado para, individual o colectivamente, planifique dentro de una organización curricular de campos integrados con diferentes secuencias didácticas que se adapten a cada itinerario de cursada, programe tareas de tutoría y seguimiento de trayectorias en una dimensión académica como de convivencia escolar, procese, analice y distribuya información para sí, para el equipo docente y para el resto de la comunidad educativa, desarrollar propuestas pedagógicas o tutorías en línea, planificar tareas de gestión y coordinación. Este es el perfil profesional del docente de nivel secundario que va a necesitar el sistema educativo en las próximas décadas.

Hemos concluido la discusión de este tema por ahora, pero es probable que lo retomemos en el futuro. Al implementar cambios significativos en la educación de adolescentes, jóvenes y adultos, es sabio considerar las trayectorias educativas como procesos de aprendizaje que comienzan con el ingreso al sistema y se extienden a lo largo de la vida. Es crucial asegurar que haya coherencia entre la dirección y los enfoques de las políticas curriculares y pedagógicas, la práctica y formación docente, tanto inicial como continua, la creación de materiales y los métodos de evaluación, con el fin de establecer una política educativa clara y coherente. Además, es importante fomentar la equidad de oportunidades para todos los estudiantes y utilizar los recursos disponibles de manera eficiente para maximizar el impacto de las políticas y acciones enfocadas en mejorar el aprendizaje. Ojalá podamos lograrlo.

EHVLI.

FUENTE DOCUMENTAL

https://www.flacso.org.ar/wp-content/uploads/2020/01/Regimen-Academico-cambio-organizacion-institucional-escuela-secundaria.pdf

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