APRENDIZAJE INVISIBLE; UNA PROPUESTA DE CAMBIO EDUCATIVO ANTE LOS AVANCES TECNOLÓGICOS.

 


Los autores del libro Aprendizaje Invisible (“Invisible Learning”) John Moravec y Cristobal Cobo buscan interpretar el impacto de los avances tecnológicos y los cambios dentro de la educación.

Según los autores, la sociedad necesita trabajadores nómades del conocimiento (knowmadic workers) que trabajen con el contexto y no con una estructura rígida.

Parten de la hipótesis de que la escuela continúa desarrollando habilidades y capacidades para realizar trabajos que hoy ya están en franca extinción porque están siendo reemplazados por oficios basados en el conocimiento y la innovación que requieren de capacidades con un alto nivel de adaptación al contexto.

Con este panorama, el desafío es crear nuevos programas educativos que propicien el desarrollo de la imaginación, la creatividad y el talento innovador. El cambio para lograr esto puede ser posible a través del desarrollo de entornos educativos favorables y escenarios de aprendizaje profesionales basados en lo que llaman: aprendizaje invisible.

Consideran que muchas de las creencias y prácticas de la enseñanza convencional son anticuadas porque siguen estructurándose orgánicamente en horarios escolares basados en viejas prácticas "industriales" que están en extinción, se siguen separando a los estudiantes por grados siguiendo un patrón cronológico y asumen que un estudiante aprende mejor cuando están separado unos de sus pares. Es decir, si tomamos una foto de una escuela primaria o secundaria de fin de siglo pasado y la comparamos con una de 2024, vamos a observar que poco o nada ha cambiado en el modo de organizar una sala o aula de clase.

La principal actividad de los seres humanos es aprender en forma permanente a lo largo de toda la vida porque es inherente a nuestra condición humana hayamos alcanzado algún nivel de escolarización o no. Parece irrisorio que, de todos los niveles educativos de nuestro país, sólo el nivel inicial contemple en su diseño curricular al juego, la experimentación o la exploración como elementos prioritarios para alcanzar el desarrollo de una capacidad o habilidad.

¿Cómo lograr que nuestros estudiantes sean curiosos si desde el ámbito escolar decidimos de antemano sobre qué (saberes conceptuales o procedimentales) tienen que ser curiosos?

El otro elemento crítico que analizan John Moravec y Cristóbal Cobo es la evaluación educativa. Las evaluaciones solo miden cuánto sabe un estudiante. Las aptitudes sociales y las habilidades o capacidades no cognitivas son difíciles de medir por eso cada vez que un docente examina a sus estudiantes lo hace para saber cuánta información puede repetir. Por generaciones, lo "aprendido" se evaluó sumativamente y hasta se promediaba el rendimiento de un estudiante para cerrar una nota trimestral, cuatrimestral o anual. Lo cuantitativo se superponía sobre lo cualitativo, pero eso sí, llenaban páginas y páginas hablando de calidad. Contradictorio, ¿no?

En este blog vengo expresando que innovar implica implementar ideas, enfoques, métodos y prácticas con tecnologías aplicadas al ámbito escolar para buscar siempre una mejora en el aprendizaje, adaptándose a las necesidades y desafíos que nos impone la realidad, integrando estrategias que fomenten el desarrollo de habilidades, capacidades y competencias en los estudiantes. Entender esta idea pone de relieve uno de los grandes desafíos que afronta la gestión escolar y la enseñanza.

El aprendizaje invisible es una metateoría que reconoce la existencia de un aprendizaje mediante experiencias formales e informales a lo largo de nuestra vida, más que por instrucción individual (en el seno familiar) o colectiva (en el ámbito escolar) recibida durante un período de tiempo. Por tal motivo, Moravec y Cobo plantean que la educación invisible es un estado de aprendizaje que surge cuando eliminamos ciertas estructuras que controlan o dirigen nuestras vidas. Se diseña, se planifica y se evalúa la experiencia educativa para que el aprendizaje sea visible partiendo de un preconcepto: que los estudiantes no van a aprender a menos que se les diga qué tienen que aprender.

En consecuencia, la teoría del aprendizaje invisible promueve el desarrollo del conocimiento personal y se combina con elementos tácitos y explícitos que abarcan una cartera de diferentes habilidades como la cooperación, la empatía y el pensamiento crítico. No hay un único modo de implementar el aprendizaje invisible por lo que se requiere conformar un menú de opciones para que los estudiantes puedan recorrer sus propias trayectorias de aprendizaje y alcanzar diferentes metas o expectativas de logro. Lo invisible se hace visible.

En 2015, un grupo de especialistas de educación de diferentes países firmaron un Manifiesto donde expusieron una serie de ideas para repensar la educación. Una de ellas es que para liberarnos de las estructuras de control educativas se debe construir una cultura de la confianza.

Para tal fin, se necesita alcanzar un aprendizaje horizontal, plano y distributivo, incluyendo también el aprendizaje entre pares, la enseñanza entre pares, y empoderar a los estudiantes para que realicen auténticas prácticas con estos modos de aprender. Esto requiere de una renovada visión y misión de la educación (estatal y privada) donde estudiantes, escuelas, gobiernos, empresas, padres y comunidades puedan involucrarse en iniciativas colaborativas para alcanzar los desafíos que impone el mundo hoy. (Manifesto 15 - Manifiesto 15. Educación para Evolucionar. 1 de enero del 2015 - Contacta con sus autores a manifesto15@educationfutures.com.)

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