FORMACIÓN DE GRADO Y CONTINUA EN LA DOCENCIA ARGENTINA.

En este espacio, he estado compartiendo una serie de artículos salpicados con opiniones personales acerca del rol del docente y su formación inicial y continua. Hemos navegado desde la esencia misma del ser docente hasta la diversidad de roles que desempeña en el aula actual, abarcando desde la vocación hasta las oportunidades laborales, pasando por sus responsabilidades y derechos, hasta la polémica sobre la esencialidad de su labor. 

Todos estos temas son piezas del rompecabezas que conforman la identidad docente. Sin embargo, muchos pensamos que es hora de renovar y reconstruir el sistema educativo, y con él, la formación de los educadores argentinos. Es momento de abrir un diálogo sobre esta temática, ya que la realidad educativa nos está dando fuertes sacudidas y nosotros, con la guardia baja.

Elizabet Martin, experta en Educación, sostiene que la formación de los docentes debe ser flexible y adaptable, no un conjunto de instrucciones fijas. Coincidiendo con esta idea, la profesora señala la importancia de una educación que se adapte a cualquier contexto escolar, ya sea con muchos o pocos recursos, evitando que los maestros se estanquen en la apatía o la complacencia.

La enseñanza es una vocación fundamental que requiere formación continua y actualización constante. La capacitación de docentes es esencial para fomentar los talentos y capacidades de los estudiantes, promover la comunicación efectiva, la comprensión mutua, el respeto por la diversidad, pero por, sobre todo, el desarrollo de soluciones innovadoras a problemas actuales. La formación de grado y continua que recibe un docente necesita prepararse para todos los entornos: desde los más adversos hasta los más favorables. ¿Qué hay que tener en cuenta en el proceso de formación docente? | abc.gob.ar

Sería interesante que la formación docente se centre más en el impacto que genera en las trayectorias estudiantiles y en la calidad de sus aprendizajes como así también en prepararlos para trabajar coordinada y cooperativamente como integrantes de un equipo profesional que conforman una institución escolar.

El sistema educativo y la formación de docentes requieren una actualización en sus métodos y contenidos para satisfacer la demanda actual de competencias en las áreas del conocimiento, la práctica y la habilidad práctica. La rapidez con la que se accede a estas competencias varía significativamente entre la escuela y el contexto social. Aunque los lineamientos, diseños y propuestas prescriptivas son uniformes, las realidades territoriales e institucionales difieren sustancialmente. Frente a un mundo que avanza con creciente rapidez y que demanda la formación de docentes y una educación integral, resulta imprescindible crear espacios de formación transversales.

Es necesario encontrar mecanismos que acerquen los centros de formación a la realidad de cada aula, donde realmente sucede lo esencial. A menudo, la teoría parece estar disociada de la práctica. Por ello, es urgente que las entidades de cada ministerio o consejo educativo organicen ciclos de reuniones con la participación de los centros de Formación Docente, de directores de niveles, supervisores y equipos de gestión. Estos últimos son especialmente importantes, ya que son quienes reciben y guían a los practicantes en sus inicios. Deben hablar el mismo idioma, compartir directrices, objetivos, métodos y tiempos de acompañamiento y sugerir ajustes y mejoras.

Transformar los Diseños Curriculares en "Biblias del docente", comprenderlos, aplicarlos, integrarlos de manera transversal en el conocimiento y su uso, opinar y criticarlos de manera fundamentada y constructiva, así como reinventarlos en el aula, son elementos esenciales si deseamos que los docentes argentinos de la próxima década sean artífices del cambio y mejora de resultados de aprendizaje.

 


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