PERO ¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO NOS REFERIMOS A LA EDUCACIÓN DISRUPTIVA?




Para Miguel Ángel Espitia, en su "LA PEDAGOGÍA DISRUPTIVA COMO NUEVO PARADIGMA EDUCATIVO Y REFLEXIONES PEDAGÓGICAS SOBRE LA PRAXIS UNIVERSITARIA" la educación disruptiva es una propuesta pedagógica que viene a romper con las variables educativas establecidas desde hace tiempo y que por medio de métodos innovadores pretende reformar los procesos de aprendizaje y enseñanza.

Siendo así, el hecho de abrazar esta nueva pedagogía involucra repensar la educación de nuestros días. Esta era digital necesita de una educación que brinde herramientas y tecnologías que empoderen la educación y permitan al estudiante ser protagonista de su proceso formativo. El dilema es ¿cómo aplicarlo en un devastado sistema educativo como el argentino?

Las estrategias pedagógicas que propone este modelo educativo atienden a favorecer la calidad de la enseñanza y formación de los estudiantes en cuanto a sus competencias y cognición. Desde la dimensión didáctica reivindica el trabajo en equipo, la investigación, la experimentación, la autonomía pedagógica, entre otros; asegurando de esta manera el aprendizaje significativo. Nada del otro mundo para un docente que, se supone, fue formado en su carrera de grado y en sus capacitaciones o especializaciones posteriores y se encuentra ejerciendo su rol o aspira a insertarse en el este ámbito laboral.

Es un modelo educativo que al busca una ruptura innovadora coloca al estudiante en el centro, formándolo y evaluándolo de manera personalizada por competencias, en sus habilidades creativas e, igualmente, su pensamiento crítico y en relación con sus propios intereses, en vez de cuantitativamente.

Esto surge como respuesta a las necesidades de la sociedad de la información, supone una innovación en lo que respecta al currículo educativo, así como a las modalidades de transmisión del conocimiento gracias a las nuevas posibilidades que propician las herramientas tecnológicas.

Mutar de la educación actual a la educación disruptiva no requiere únicamente del aprovechamiento de la tecnología en las aulas, también necesita organizar en la institución escolar un trabajo integral que se atreva a:
  • Modificar sus metas y objetivos.
  • Adaptarse a nuevas exigencias del entorno.
  • Emplear herramientas innovadoras.
  • Incluir metodologías áulicas teniendo como premisa generar un contexto educativo flexible que promulga la cultura del aprendizaje.
  • Contar a nivel jurisdiccional con el acompañamiento de una política educativa que norme en cuanto garantizar la incorporación de estos conceptos teóricos a la formación de grado en los futuros docentes como también, en la capacitación y especialización permanente y colaborativa en servicio de los que ejercen esta profesión.
Así que, como decía mi padre: "al que le quepa saco, que se lo ponga".

Sin duda, este tipo de enseñanza requiere de una participación de todo el ecosistema educativo para lograr un cambio eficaz hacia un aprendizaje personalizado y autónomo que se adapte a las exigencias de este mundo cada vez más globalizado.

En resumen, para Espitia, la educación disruptiva llegó para romper con los esquemas tradicionales de enseñanza y construir un nuevo sistema educativo transformando el aspecto curricular, las metodologías, las prácticas de enseñanza y los modos de aprender. Lindo lio.

En la próxima entrada avanzaremos sobre los que algunos llaman paradigmas o innovaciones de la educación disruptiva. Los espero y no se olviden que Educar es hacer visible lo invisible.


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